Una vez más, sin que ya nos sorprenda, nos enteramos por la prensa que el Gobierno Vasco acaba de licitar la obra de construcción de uno de los tramos del bidegorri que denominan la unión ciclista y peatonal de las tres ciudades del Bidasoa, bajo el concepto de “Conectividad de los espacios naturales de Txingudi.” Insistiremos las veces que haga falta, pero la verdadera conectividad de los espacios naturales de Txingudi solo puede considerarse desde la perspectiva de solventar la actual fragmentación de los hábitats del espacio protegido restaurando la necesaria interacción ecológica entre ellos. Una vez más, nos presentan este tipo de actuaciones como “hechos consumados” despreciando las valiosas aportaciones que podemos ofrecer quienes desde años conocemos y nos preocupamos del espacio, sus dinámicas y su riqueza a pie de marisma. Aportaciones que siempre hemos ofrecido desinteresadamente por el bien principal de la mejora y conservación de este espacio Red Natura 2000. Es una pena y un desperdicio que nuestras administraciones no sepan valorar esta experiencia acumulada y que, por lo visto, solo nos vean como agentes incómodos a los que pretenden ignorar.
Volvemos a encontrarnos con la invasión del cauce del Bidasoa con una pasarela asentada sobre pilotes con el “incontestable” argumento de que en el otro lado (Hendaia) ya hicieron una similar. No conocemos siquiera si se ha hecho una valoración de los potenciales impactos negativos sobre el espacio del estuario, ni si se ha tenido en cuenta el efecto sinérgico y acumulativo de ambas pasarelas, ni un estudio de alternativas al trazado. De hecho, el Plan Director al que se hace continua referencia, elegía un trazado distinto al que ahora se licita. Nos “vendieron” el Plan Director como una reactivación del Plan Especial de Txingudi que, desde un primer arranque hace 30 años, se quedó inconcluso y aparcado. Plan Especial firmado por las mismas administraciones (Gobierno Vasco, Diputación Foral y los ayuntamientos de Irun y Hondarribia al que han sumado a Costas) que ahora quieren acelerar con la aplicación de un Plan Director (que no tiene valor normativo) con actuaciones que no se contemplan en el Plan Especial ni en el Documento de Gestión de este espacio Red Natura 2000 (ambos con normativa de obligado cumplimiento) incluso con proyectos ajenos y contrarios a los objetivos de conservación de hábitats y especies naturales del lugar y recogidos en las Directivas Europeas.
Una vez más, vuelven a hablar de millones de inversión en Txingudi pero nos volvemos a encontrar con que los compromisos de restauración, urgentes y necesarios, recogidos en 1993 en el Plan Especial y también en el Documento de Gestión RN 2000 de 2013, siguen pendientes “sine die” y, en cambio, proyectos ajenos a los objetivos de conservación, incluso contrarios a ella, se abordan por la vía rápida. Aunque ya resulte reiterativo, ahí siguen estando las instalaciones deportivas enclavadas en Plaiaundi, la isla Irukanale sin revertir a su hábitat natural, la ribera de Oxinbiribil sin restaurar, espacios de Jaizubia ocupados por huertos, el ámbito de Kosta desgajado del Plan Especial y a expensas del planeamiento urbanístico de Hondarribia, etc.
Desde Eguzki, como también otras organizaciones y particulares, seguiremos denunciando públicamente estas situaciones y proyectos, que alteran y degradan los valores naturales de nuestra bahía, por mucho que se pretendan publicitar como “bonitas mejoras”