Los ecos del Atano han cambiado durante estos días de confinamiento. El sonido de la pelota al chocar en el frontis y los nervios de un público entregado, han dejado paso a las voces de gente agradecida, gente atrapada en una realidad de vida que le supera, gente que ha encontrado en este frontón su refugio temporal, voces como la que nos habla hoy en esta entrevista venida de la parte más occidental de África. Su historia y sus vivencias condensadas en diez minutos de esfuerzo por intentar expresar su realidad.

El Atano III, improvisado centro de acogida para personas sin hogar, nos deja una nueva historia, otra historia real de supervivencia de las que pasan por delante de nuestros ojos y ni las vemos. Desde Guinea Conakry, país de origen del que no se quire acordar ni en mapa, hasta Donosti tras un año en el centro Zubia De Irun.

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Hoy en este espacio dedicado a estos interminables días de confinamiento que estamos sufriendo, nos llegan desde Gipuzkoako Senideak, asociación de dependientes y de personas sensibilizadas con la atención y el cuidado de las personas mayores de Gipuzkoa. testimonios y reflexiones a corazón abierto, reflexiones sinceras, reflexiones que merecen un momento de nuestra atención.

Tres años en Europa y la falta de papeles le impide conseguir un trabajo para estabilizar su vida. Una vida con un sueño, llegar a Inglaterra para poder trabajar.De su tierra Marruecos, siendo menor, se cuela en el Estado Español

Eukene Pardo, Secretaria General del Sindicato ASADE (Asociación Sindical de Auxiliares Domiciliarias de Euskadi) nos da una visión panorámica de la situación actual de los trabajadores de asistencia domiciliaria en Gipuzkoa.
Interesante conocer la realidad de este colectivo que hace de una vocación su profesión y viceversa lo que les lleva a desarrollar su trabajo a pesar de haber tenido que hacerlo sin las protecciones y las condiciones adecuadas.

Gipuzkoako Senideak

Familiares de personas usuarias de residencias de mayores en Gipuzkoa.

«Qué clase de ruedas de molino nos queréis hacer tragar. Transcurrido un mes del cierre de las residencias, a día de hoy , no se han generalizado los test de Covid-19, ni a trabajadores, ni a residentes.
Son nuestros aitas, nuestras amas, nuestros aitonas, amonas, osabas. un poco de dignidad…»

Hoy entrevista con Lander, educador social que trabaja en Arrats, junto con otros compañeros en el Frontón Atano de Donostia, reconvertido en estos días de confinamiento en Torre de Babel solidaria para acoger a parte de las centenares de personas sin hogar que sobreviven en nuestras calles a diario.
Nos muestra cómo viven y se organizan y nos manifiesta su preocupación, y la de los usuarios aquí acogidos, por volver a esa «NORMALIDAD» que sufrían anteriormente cuando todo esto acabe.

Para las trabajadoras del sexo, el comienzo de la pandemia también ha sido el comienzo de agravamiento de una situación dura ya de por si, pero que en estos días se ha vuelto insostenible. El parón de su actividad les lleva a verse sin ingresos mínimos para subsitir, pagar alquileres que les den un techo mientras se normaliza la situación o volver a sus domicilios o tierra de origen con las fronteras cerradas y los desplazamientos restringidos.
Diego, miembro de Askabide Bizkaia ,nos relata como se está viviendo esta situación.

En muchos barrios de Euskal Herria, grupos de voluntarios se han unido en estas fechas de confinamiento para ayudar, dentro de sus posibilidades, a las personas que lo necesiten.
Una de estas asociaciones creadas a tal efecto es LARREAUNDI ZAINTZA SAREA que hace unos días se puso en contacto con nosotros para que les ayudásemos a difundir su labor en las Redes Sociales.

Olvidados del aplauso y del reconocimiento multitudinario. Desbordados de trabajo y desbordando solidaridad, los trabajadores sociales, siguen a pie de cañón, día a día, trabajando en el patio trasero de esta pandemia.

Desde aquí el aplauso y el agradecimiento que se merecen.

Haced la prueba de buscar Mali , pueblo de origen de nuestro entrevistado, en Google Imágenes y veréis como adquiere un contenido que quizá nos pase desapercibido en este cómodo primer mundo amedrentado por un desconocido virus.
El desconocimiento del idioma, los nervios de la situación, la desorientación por el contexto actual, la realidad en sí misma desde el Atano, uno de los lugares que están funcionando como centro de acogida para la gente que no dispone de un techo donde cobijarse como el resto.