En Noviembre de 2018 se inauguraba el centro nocturno comarcal Zubia en Irun.  Según palabras de José Antonio Santano, alcalde de la ciudad,   se trata de un proyecto con un fondo de solidaridad, para crear verdaderas ciudades del bienestar. Añadió que esta iniciativa se hace pensando en aquellos colectivos que se están quedando excluidos de la sociedad. y que como bien se recoge en el propio nombre (zubia es puente en euskera), no se trata sólo de ofrecer alojamiento e higiene sino que queremos que sea un verdadero puente hacia la inserción social»

Medio año más tarde, paradójicamente, estas instalaciones están acotadas por una verja que difícilmente puede servir para construir ningún puente e incluir a las personas usuarias de las mismas. Las verjas sirven para dividir y la división y la inserción social no parece que casen muy bien. Pero no se ha verjado sólo esta zona, si no que hace unos pocos días un lugar de encuentro que frecuentaban estas personas al cobijo del tejado que les ofrecía el aterpe de la iglesia de la Plaza Urdanibia, también ha sido vallado impidiéndoles el acceso al banco en el que pasaban las horas. Recordemos que hablamos de gente SIN HOGAR. Hablar es sencillo, crear puentes y solidardad no.